La dramaturgia, y de ahí el título, gira en torno a una pareja de hombres osos, que es como denomina en el ambiente gay a los hombres robustos y peludos. Aunque, en realidad, aquí solo un miembro de la pareja responde a esa estética, que ha llegado a conformar en el ambiente gay una seña de identidad. Ellos nunca se habían planteado ser padres pero, mira por donde, llega a su cocina una paloma parlante y les dice que son los elegidos para criar a un nuevo Mesías. Partiendo de esa premisa, tan absurda como surrealista, la dramaturgia y la puesta en escena, y he aquí lo más curioso, se decanta por un tratamiento naturalista, hasta el punto de que, llega un momento que lo de menos es la falta de verosimilitud.
Y es que, todo eso no es más que una excusa para denunciar la discriminación y los desmanes cometidos por la religión católica en particular, y la sociedad española en general, respecto a la homosexualidad. Algo, que, aunque parezca mentira, a tenor de los últimos acontecimientos resulta tan conveniente como necesario.
Cabe destacar la maestría y vis cómica de los intérpretes, que a pesar de lo absurdo de su historia son capaces de instalar la sonrisa en el patio de butacas y dotar a sus personajes de una desbordante ternura.
Título: ¡Ave Osos!
Lugar: Sala Cero Teatro/FeSt
Compañía: El mono habitado
Texto: Raúl Camino
Dirección: Rolando San Martín
Intérpretes: Begoña Martín Treviño, Raúl Camino, Aitor Pérez y Javier Liñera
Calificación: ***
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