Crítica de !GUAPA! en el Adelantado de Segovia por Maite Hernangómez

Por Maite Hernangómez -24 marzo, 2024

´Guapa´: Una metáfora teatral que nos increpa a preguntarnos: ¿Qué es lo bello? ¿Qué lo monstruoso?

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Un momento de la representación de la obra ‘Guapa’ que se llevó a efecto en el Teatro Juan Bravo./ E.A.

Dada la naturaleza cambiante del ser todos nosotros estamos en permanente cambio. Lo sabemos y lo olvidamos para poder continuar nuestras vidas como si el presente fuera eterno. Nuestro cuerpo físico sometido al tiempo envejece, se hace feo, enferma y un etc con fecha de caducidad. Sin embargo, mientras nuestro corazón late, permanece intacto el deseo de gustar y ser queridos, tal como les ocurre a los considerados feos, feas, o peor aún.
‘Guapa’, es el título del espectáculo con el que la compañía ‘El mono habitado’ nos deleitó el viernes pasado en el Teatro Bravo. Obra teatral que nos colocó frente a algunas de esas criaturas consideradas socialmente feas o monstruosas, y a las que les resulta extremadamente difícil encontrar un lugar en el mundo.
Al principio del siglo XX al público le gustaban los espectáculos de ‘fenómenos’. En algunos espacios, como el Brothers Circus, encontraron su lugar algunos de los personajes de este trabajo escénico: como Mary Anna Bevan, la mujer más fea del mundo. Interpretada por Raúl Camino, que firma también el texto, aparece junto a la mujer barbuda, Magdalena Ventura, conocida por el cuadro de José Rivera, y que interpreta la actriz Begoña Martín Treviño. Estos dos intérpretes que conducen este juguete escénico lo hacen con delicadeza, porque al tema de lo monstruoso o deforme es menester ir con tiento, humor y poesía, que es como ellos lo llevan a cabo.
Mary Anna existió, fue enfermera y guapa en la Inglaterra de finales del XVIII, hasta que una enfermedad, la acromegalia, que consiste en que los huesos no paran de crecer, la deformó su rostro y su cuerpo. Acabó en Estados Unidos donde pudo ganarse la vida actuando en teatros y circos dónde se exhibían este tipo de personas con malformaciones. Con su trabajo mantuvo a sus cinco hijos. Y en ese país encontró su segunda familia, aquellos que trabajaron con ella: personajes singulares de la categoría de los llamados feos, horribles, o monstruosos.

UNA METÁFORA QUE NOS INCREPA A PREGUNTARNOS: ¿QUÉ ES LO BELLOS? ¿QUÉ LO MONSTRUOSO? Y NOTAMOS QUE ESOS CONCEPTOS SON MENTALES, SOCIALES, Y ESTÁN CARGADOS DE CONDICIONAMIENTOS CULTURALES Y LOCALES, POR TANTO PUEDEN SER DESBARATADOS

‘Guapa’ comienza con la mujer barbuda dando de amamantar a su niño, tal como la conocemos por el cuadro de José Rivera, para a continuación deshacer el niño porque no es ni más ni menos que una simple tela arrebujadita con la que la actriz juega. De la misma manera los intérpretes hacen y deshacen diversos personajes y situaciones con una sencillez y simplicidad escénica deliciosa. Nosotros espectadores asistimos embelesados como si estuviéramos comiéndonos un helado que cambia de forma a base de lengüetazos dulces y sabrosos. La manera de jugar de los dos intérpretes hace fácil lo difícil, debido también a un planteamiento y un texto cuya estructura y diálogos tienen un objetivo claro, y están hechos con conocimiento y rigor. Una metáfora que nos increpa a preguntarnos: ¿Qué es lo bellos? ¿Qué lo monstruoso? Y vamos notando que esos conceptos son mentales, sociales, y están cargados de condicionamientos culturales y locales, por tanto pueden ser desbaratados, y algo importante, nos recuerda que debajo de lo feo o monstruoso la ternura subsiste intacta. Los personajes que nos han ido mostrando los dos actores vivían, sentían, pensaban, eran seres inteligentes y sensibles cuya vida fue verdaderamente difícil.

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Hay un guiño a los comienzos del cine y también a la pintura. Y ello sirve para construir un espacio escénico impecable, donde cada elemento tiene un porque dramatúrgico y conforman una unidad estética.
Agradecemos al teatro Juan Bravo que nos traiga trabajos rigurosos, en los que comprobamos una vez más que para ir al teatro no hace falta que en el reparto figuren actores popularmente conocidos por haberlos visto en televisión. Animamos a los espectadores de todas las edades, especialmente a los jóvenes, a que vengan al teatro, (este trabajo les hubiera encantado). Ir al teatro: una experiencia viva, insustituible por ninguna otra forma de ocio o redes.